-
El alma, considerada con su Creador, es como una de esas líneas matemáticas que pueden acercarse a otra durante toda la eternidad sin posibilidad de tocarla; y ¿puede haber un pensamiento tan transportador como el de considerarnos en estos perpetuos acercamientos a Aquél, que no sólo es la norma de la perfección, sino de la felicidad?