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En los felices prados del Cielo
Florecen dos flores,
Una con ardiente resplandor
Y una tan blanca como la nieve;
Mientras frente a ellas,
Con manos pálidas y temblorosas,
Un espíritu que debe elegir
Una, y otra rechazar.
En los felices prados del Cielo
Florecen dos flores,
Una con ardiente resplandor
Y una tan blanca como la nieve;
Mientras frente a ellas,
Con manos pálidas y temblorosas,
Un espíritu que debe elegir
Una, y otra rechazar.