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No hay dinero mejor gastado que el que se destina a la satisfacción doméstica. A un hombre le satisface que su mujer vaya tan bien vestida como otras personas, y a la mujer le satisface que ella vaya vestida.
No hay dinero mejor gastado que el que se destina a la satisfacción doméstica. A un hombre le satisface que su mujer vaya tan bien vestida como otras personas, y a la mujer le satisface que ella vaya vestida.