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No importa quién seas, te vas a ahogar en ciertos partidos. Llegas a un punto en el que tus piernas no se mueven y no puedes respirar hondo. Empiezas a golpear la pelota a una yarda de distancia, en vez de a centímetros.
No importa quién seas, te vas a ahogar en ciertos partidos. Llegas a un punto en el que tus piernas no se mueven y no puedes respirar hondo. Empiezas a golpear la pelota a una yarda de distancia, en vez de a centímetros.