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Cualquiera que sea el lugar que nos haya asignado la Providencia, ése es para nosotros el puesto del honor y del deber. Dios nos estima, no por el puesto que ocupamos, sino por la forma en que lo desempeñamos.
Cualquiera que sea el lugar que nos haya asignado la Providencia, ése es para nosotros el puesto del honor y del deber. Dios nos estima, no por el puesto que ocupamos, sino por la forma en que lo desempeñamos.