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La verdadera generosidad es un deber tan indispensablemente necesario como los que nos impone la ley. Es una regla que nos impone la razón, que debe ser la ley soberana de un ser racional.
La verdadera generosidad es un deber tan indispensablemente necesario como los que nos impone la ley. Es una regla que nos impone la razón, que debe ser la ley soberana de un ser racional.