-
Veo que eres implacable, más sordo
a las plegarias que los vientos y los mares. Pero los vientos a los mares
se reconcilian al fin, y el mar a la orilla:
Tu ira, indomable, aún ruge
eterna tempestad que nunca se calmará.
Veo que eres implacable, más sordo
a las plegarias que los vientos y los mares. Pero los vientos a los mares
se reconcilian al fin, y el mar a la orilla:
Tu ira, indomable, aún ruge
eterna tempestad que nunca se calmará.