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¿Te reprocha alguien que eres orgulloso o malhumorado, envidioso o engreído, ignorante o detractor? Considera contigo mismo si sus reproches son verdaderos. Si no lo son, considera que tú no eres la persona a quien él reprocha, sino que él injuria a un ser imaginario, y tal vez ama lo que realmente eres, aunque odia lo que aparentas ser.