Como sabe cualquiera que haya recibido o dispensado psicoterapia, es una profesión cuyo resorte principal es el amor. Casi todas las personas que visitan a un terapeuta padecen algún tipo de trastorno amoroso, y cada una de ellas tiene una historia que contar: de amor perdido o negado, de amor torcido o traicionado, de amor pervertido o encadenado a la violencia. Los vínculos rotos se esparcen por el suelo de la consulta como palos de golf. Aparecen personas con las costuras deshilachadas y los bolsillos desbordados.