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Llegué a sentir cuán por encima
De toda fantasía, orgullo y voluble doncellez,
todo placer terrenal, todo bien imaginado,
era el cálido temblor de un beso devoto.
Llegué a sentir cuán por encima
De toda fantasía, orgullo y voluble doncellez,
todo placer terrenal, todo bien imaginado,
era el cálido temblor de un beso devoto.