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Admitámoslo: parte de ser adulto es que cada día hay que elegir entre salir por la noche o quedarse en casa, y es una de las infelices verdades de la vida que no hay tiempo suficiente para hacer las dos cosas.
Admitámoslo: parte de ser adulto es que cada día hay que elegir entre salir por la noche o quedarse en casa, y es una de las infelices verdades de la vida que no hay tiempo suficiente para hacer las dos cosas.