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No había escapatoria para el escritor de cartas que, hace cien o ciento veinticinco años, capturaba a un codiciado corresponsal. Hubiera sido tan fácil librarse de un pulpo o de una boa.
No había escapatoria para el escritor de cartas que, hace cien o ciento veinticinco años, capturaba a un codiciado corresponsal. Hubiera sido tan fácil librarse de un pulpo o de una boa.