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  • Debemos tener muy en cuenta la diferencia que existe entre el amor al cambio sano y el enfermo, pues así como la arquitectura gótica se levantó gracias a un sano amor al cambio, su destrucción se debió en parte a un amor al cambio enfermo.

    John Ruskin (1854). “On the Nature of Gothic Architecture: And Herein of the True Functions of the Workman in Art ...”, p.16