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  • Cuando mi camino es demasiado áspero para mis pies, o demasiado escarpado para mis fuerzas, me salgo de él hacia algún sendero de suave terciopelo que la fantasía ha esparcido con capullos de rosas de delicias; y, habiendo dado unas cuantas vueltas en él, regreso fortalecido y refrescado.

    Laurence Sterne (1800). “A sentimental journey through France and Italy: to which are added the letters to Eliza”, p.92