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  • Cuanto más nos hundimos en los achaques de la edad, más cerca estamos de la juventud inmortal. Todas las personas son jóvenes en el otro mundo. Ese estado es una eterna primavera, siempre fresca y floreciente. Ahora bien, pasar de medianoche a mediodía de repente, ser decrépito un minuto y todo espíritu y actividad al siguiente, debe ser un cambio deseable. Llamar a esto morir es un abuso del lenguaje.