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  • Dichosos los amantes que, cuando sus sentidos necesitan descanso, pueden recurrir a los placeres intelectuales que les proporciona la mente. Llega entonces el dulce sueño, que dura hasta que el cuerpo ha recobrado su armonía general. Al despertar, los sentidos vuelven a estar activos y siempre dispuestos a reanudar su acción.

    Giacomo Casanova (2013). “The Memoirs of Jacques Casanova de Seingalt Volume 2: To Paris and Prison”, p.24, Simon and Schuster