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  • El musgo crece donde no puede crecer nada más. Crece en los ladrillos. Crece en la corteza de los árboles y en la pizarra de los tejados. Crece en el Círculo Polar Ártico y en los trópicos más cálidos; también crece en la piel de los perezosos, en la espalda de los caracoles y en los huesos humanos en descomposición. ... Es un motor de resurrección. Un solo grupo de musgos puede permanecer inactivo y seco durante cuarenta años seguidos, y luego volver a la vida con un simple baño de agua.

    Elizabeth Gilbert (2013). “The Signature of All Things”, p.169, A&C Black