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  • El dolor no termina y el amor no muere y nada llena su lugar esculpido. Con gracia, el dolor se transmuta en el oro de la sabiduría y la compasión y en la moneda menor de la tristeza apagada y la resignación; pero algo plomizo de él permanece, para convertirse en el núcleo alrededor del cual se acrecienta más dolor (una perla negra): un dolor se convierte en cualquier otro dolor... a menos que uno se despoje, una a una, de las capas de dolor para llegar al corazón del dolor - y esto causa más dolor, un dolor tan intenso que se siente como una evisceración.