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Está claro que no es el enfermo de amor el que busca consuelo en el chocolate, sino el individuo privado de chocolate que, desesperado, busca en el mero amor una pálida aproximación de la euforia agridulce.
Está claro que no es el enfermo de amor el que busca consuelo en el chocolate, sino el individuo privado de chocolate que, desesperado, busca en el mero amor una pálida aproximación de la euforia agridulce.