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Me encanta mi vida, me encanta la gente con la que me relaciono, me encanta mi familia y me encanta lo que hago, me apasiona actuar y estar sobre el escenario. Eso y meditar y abrazar a un perro son los tres únicos momentos en los que estoy absolutamente seguro de que nunca tendré un momento de depresión. Así que si pudiera pasar de abrazar al perro a meditar y a estar sobre el escenario, estaría bien.