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No creo que haya un único punto final para una obra. Se termina cuando ocurre algo con la obra que se siente como una desarmonía equilibrada y coherente. Es una forma de decirlo. Y donde si sigo trabajando en ella, para descubrir y luchar con nuevos problemas, voy a borrar los que estaba trabajando. Podría seguir trabajando en ello, pero se convertiría en algo diferente. Y yo valoro lo que está aquí, en este momento.