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Los ministros que amenazan con la muerte y la destrucción emplean armas de debilidad. Sólo el argumento y la bondad son eficaces, aderezados por los principios del amor divino.
Los ministros que amenazan con la muerte y la destrucción emplean armas de debilidad. Sólo el argumento y la bondad son eficaces, aderezados por los principios del amor divino.