-
El abuelo... siempre estaba dispuesto a animarme y ayudarme, siempre seguro de que yo era un espécimen extraordinario. Era un anciano entrañable que pedía poco a la vida y recibía menos.
El abuelo... siempre estaba dispuesto a animarme y ayudarme, siempre seguro de que yo era un espécimen extraordinario. Era un anciano entrañable que pedía poco a la vida y recibía menos.