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Combate el fuego con fuego. Si tienes que tener aburridos, ponlos siempre juntos o en la misma mesa... los aburridos tienen una reacción química efervescente entre sí en una fiesta. En ausencia de competencia, se lo pasan de maravilla intercambiando banalidades. Los tópicos se deslizan por la lengua como epigramas chispeantes y las observaciones trilladas adquieren profundidad al hundirse en las mentes receptivas.