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La habitación del enfermo se convierte en escenario de intensas convicciones; y entre éstas, ninguna, me parece, es más clara y poderosa que la de la naturaleza permanente del bien y la naturaleza transitoria del mal.
La habitación del enfermo se convierte en escenario de intensas convicciones; y entre éstas, ninguna, me parece, es más clara y poderosa que la de la naturaleza permanente del bien y la naturaleza transitoria del mal.