-
El cuerpo de ningún hombre es tan fuerte como sus apetitos, pero el Cielo ha corregido lo ilimitado de sus deseos voluptuosos escatimando sus fuerzas y contrayendo sus capacidades.
El cuerpo de ningún hombre es tan fuerte como sus apetitos, pero el Cielo ha corregido lo ilimitado de sus deseos voluptuosos escatimando sus fuerzas y contrayendo sus capacidades.