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Sólo hay dos clases de hombres que se hacen dentistas. Los que les encanta y los que se vuelven desgraciados. Piénsalo bien y verás que tengo razón.
Sólo hay dos clases de hombres que se hacen dentistas. Los que les encanta y los que se vuelven desgraciados. Piénsalo bien y verás que tengo razón.