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Me alegro mucho de que nuestros jóvenes se perdieran la Depresión y la gran guerra. Pero lamento que se perdieran a los líderes que yo conocí, líderes que nos dijeron que las cosas eran difíciles y que tendríamos que sacrificarnos, y que estas dificultades podrían durar un tiempo. No nos dijeron que las cosas eran difíciles para nosotros porque éramos diferentes, o estábamos aislados, o teníamos intereses especiales. Nos unieron y nos dieron un sentido de propósito nacional.