Autores:
  • Tengo una amiga que me ha dicho que prefiere estar muerta a estar gorda. Es una mujer que, si yo pido un sándwich para comer, ella pide una ensalada. Si yo pido una ensalada, ella pide medio melón. Si yo pido medio melón, ella pide una taza de café. Este extraño concurso continúa hasta que se reduce a chupar un palillo con sabor a menta. A este paso, su preferencia por morir antes que ser gorda podría hacerse realidad antes de lo que ella cree.