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La autoaceptación engendra la aceptación de los demás, que a su vez engendra una autoaceptación aún más profunda y genuina. Se puede conseguir. Pero nadie te lo va a conceder. Es un regalo que sólo puedes hacerte a ti mismo.
La autoaceptación engendra la aceptación de los demás, que a su vez engendra una autoaceptación aún más profunda y genuina. Se puede conseguir. Pero nadie te lo va a conceder. Es un regalo que sólo puedes hacerte a ti mismo.