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  • Una vez, en mi niñez, había estado ansioso por aprender irlandés; pensé en conseguir permiso para tomar lecciones de un viejo lector de las Escrituras que pasaba parte de su tiempo en la parroquia de Killinane, enseñando a los eruditos que encontraba a leer su propio idioma, con la esperanza de que pudieran recurrir al único libro que entonces se imprimía en irlandés, la Biblia.

    Lady Gregory (1919). "The Kiltartan Poetry Book", p.14, Biblioteca de Alejandría