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  • Un libro se convierte en un espejo en el que brilla el rostro del autor. El talento sólo da una imagen imperfecta, el destello quebrado de un rostro. Pero los rasgos del genio permanecen imperturbables. El tiempo guarda la sombra. La belleza, la Venus espiritual, cuyos hijos son los Tassos, los Spensers, los Bacons, respira la magia de su amor y fija el rostro para siempre.