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las calabazas -¡ay! - están llegando en un flujo constante a la puerta de atrás. ... Curiosamente, la mayoría de los que las cultivan en Fairacre dicen, al entregarlas: "¡Qué curioso! A mí tampoco me gustan. De hecho, no le gustan a nadie de la familia". Pero aun así las plantan. Debe ser la fascinación de ver un rendimiento tan maravilloso por una pequeña semilla, lo que mantiene a los cultivadores de médula en su dudosa tarea.