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  • Puede que el mejor juguete sexual jamás inventado sea el teléfono. A veces no hay nada más erótico que una voz sin cuerpo, ninguna pregunta más tentadora que un susurro del tipo "¿Qué llevas puesto?". Sobre todo cuando puedes inventarte la respuesta. Al teléfono, tu pelo siempre está estupendo, tus piernas siempre depiladas, tu peor ropa interior se convierte en un picardías de seda.