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Debemos renunciar a la tonta idea de cruzarnos de brazos y esperar que Dios lo haga todo por nosotros. Si Dios hubiera querido eso, entonces no nos habría dado una mente. Cualquier cosa que quieras en la vida, debes decidirte a hacerla por ti mismo.
Debemos renunciar a la tonta idea de cruzarnos de brazos y esperar que Dios lo haga todo por nosotros. Si Dios hubiera querido eso, entonces no nos habría dado una mente. Cualquier cosa que quieras en la vida, debes decidirte a hacerla por ti mismo.