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  • Siempre estamos proyectando nuestras categorías morales sobre las cosas. Creo que es inevitable. Pero el capitalismo no concede ningún valor especial a la moral. En el mercado, la moralidad se impone mediante contratos, reglamentos y leyes, porque se entiende que la moralidad entra en conflicto con la fuerza motriz de la codicia y la acumulación.

    Fuente: therumpus.net