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  • un hombre puede quebrantar las leyes de Dios y ser perdonado. Eso es lo que nos enseñan. Pero cuando viola las leyes de la Naturaleza, no hay perdón ni escapatoria. Tarde o temprano paga el castigo, o lo pagan sus hijos, o los hijos de sus hijos. No importa mucho. Hay que pagarla.

    Martha Ostenso (1937). “The Stone Field”, New York, Dodd