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  • El suicidio es la forma más tonta posible de vengarse. ¿Por qué? Porque las personas a las que quieres devolver el golpe son las mismas que ni siquiera te recordarán una semana después de tu muerte, mientras que las personas a las que más quieres perdonar -las personas que te quieren- son las que tendrán que vivir con el dolor de tu suicidio durante el resto de sus vidas.