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Considera por un momento a qué prestas atención durante todo el día. ¿Qué te parece importante, qué das por sentado y a qué apenas prestas atención? Escríbalo. No juzgues tus respuestas. Sé sincero y sencillo. Si llevas la cuenta durante toda la semana, te sorprenderá lo que reclama tu atención, a lo que dedicas tu preciosa fuerza vital.