-
Toda desviación de las reglas de caridad y amor fraterno, de mansedumbre y paciencia, que nuestro Señor prescribe a sus discípulos, por más que parezca fundada en el apego a Él y en el celo por su servicio, es en verdad un alejamiento de la religión de Él, "el Hijo del hombre", que "no vino a destruir vidas humanas, sino a salvarlas".