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Por último, las lecciones de la impermanencia me enseñaron lo siguiente: la pérdida constituye una extraña clase de plenitud; la desesperación se vacía en un apetito insaciable de vida.
Por último, las lecciones de la impermanencia me enseñaron lo siguiente: la pérdida constituye una extraña clase de plenitud; la desesperación se vacía en un apetito insaciable de vida.