-
Cuando hayamos roto nuestro dios de la tradición, y hayamos cesado de nuestro dios de la retórica, entonces que Dios encienda el corazón con Su presencia.
Cuando hayamos roto nuestro dios de la tradición, y hayamos cesado de nuestro dios de la retórica, entonces que Dios encienda el corazón con Su presencia.