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Señores, protesto que mi alma está llena de aflicción
Que la sangre me salpique para hacerme crecer.
Venid, llorad conmigo lo que yo lamento,
Y poned hosco negro incontinente.
Haré un viaje a Tierra Santa
Para lavar esta sangre de mi mano culpable.
Marchad tristemente después. Gracia a mis lamentos aquí
En llanto tras este féretro inoportuno.