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Para mí, la comedia empieza como un vómito, una especie de explosión, y luego se esculpe a partir de ahí, si es que se esculpe. Sale de un lado más profundo, más oscuro. Quizá surge de la ira, porque me indignan los absurdos crueles, la hipocresía que existe en todas partes, incluso dentro de uno mismo, donde es más difícil verla.