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  • Hay algo en la obstinación que difiere de cualquier otra pasión. Siempre que falla, nunca se recupera, sino que o se rompe como el hierro, o se desmorona enfurruñada, como un arco fracturado. La mayoría de las otras pasiones tienen sus períodos de fatiga y descanso, sus sufrimientos y su cura; pero la obstinación no tiene recursos, y la primera herida es mortal.