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  • Cada vez que voy a Europa, recuerdo que James Dean nunca vio Europa, pero sin embargo veo su cara por todas partes. Ahí están James Dean, Humphrey Bogart y Marilyn Monroe - escaparates de los Campos Elíseos, discotecas en el sur de España, restaurantes en Suecia, camisetas en Moscú. Su muerte confundió y desorientó mi vida durante años. Mi sentido del destino destruido: las grandes películas que habría dirigido, las grandes interpretaciones que habría hecho, el gran humanitario en que se habría convertido y, sin embargo, es el mejor actor y estrella que he conocido.