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El mundo está lleno de personas que sueñan con tocar en el Carnegie Hall, correr una maratón o tener su propia empresa. La diferencia entre los que consiguen cruzar la línea de meta y los demás es una cosa muy sencilla: un plan de acción.
El mundo está lleno de personas que sueñan con tocar en el Carnegie Hall, correr una maratón o tener su propia empresa. La diferencia entre los que consiguen cruzar la línea de meta y los demás es una cosa muy sencilla: un plan de acción.