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Si quieres que tus escritos se tomen en serio, no te cases ni tengas hijos y, sobre todo, no te mueras. Pero si tienes que morir, suicidate. Lo aprueban.
Si quieres que tus escritos se tomen en serio, no te cases ni tengas hijos y, sobre todo, no te mueras. Pero si tienes que morir, suicidate. Lo aprueban.