La Unión Soviética, fiel a los principios leninistas de respeto a los derechos y la independencia nacional de todos los pueblos grandes o pequeños, siempre se ha guiado y se guía en sus relaciones con otros países por los principios de respeto mutuo a la integridad territorial y la soberanía, la no agresión, la no intervención en los asuntos internos de los demás, la igualdad y los beneficios mutuos, la coexistencia pacífica y la cooperación económica.