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  • A medida que las cualidades de liderazgo de las mujeres vayan adquiriendo un papel más dominante en la esfera pública, sus aptitudes particulares para la negociación a largo plazo, la escucha analítica y la creación de un ambiente en el que la gente trabaje con entusiasmo y espíritu ayudarán a reconciliar la división entre los ideales de ser eficiente y ser humano. Esta integración de los valores femeninos ya está produciendo un tipo de liderazgo más colaborativo y cambiando el propio ideal de lo que es un liderazgo fuerte.

    Sally Helgesen (2011). “The Female Advantage: Women's Ways of Leadership”, p.249, Crown Business